En 1989 nos sorprendió una película de Steven Soderbergh por la particularidad de su título: “Sexo, mentiras y cintas de video”. Y después nos quedamos más sorprendidos al ver la película, pues realmente no se trataban directamente ninguno de esos temas tan dispares. Me ha venido ese título a la cabeza cuando quería escribir algo sobre el estado actual de la técnica en el campo de aplicación de la reparación de hormigón, y de los productos y sistemas que se utilizan para el mismo.
REPARACIÓN DE HORMIGÓN
Querríamos empezar por una definición. Para fijar las normas del juego y para que sean comunes a todos, siempre es necesario empezar por las definiciones ¿Qué es la reparación de hormigón? Pues como en cualquier otra cosa que reparamos (un reloj, una televisión, un ordenador,…) es volver a hacer que funcione como originalmente (que nos dé la hora, que veamos programas, que nos haga cálculos,…). Por lo tanto la reparación del hormigón es hacer que vuelvan a tener las estructuras de hormigón las mismas prestaciones tanto mecánicas como de durabilidad que tenían cuando originalmente fueron diseñadas.
Entendido y aceptado lo anterior, ¿cómo debe ser una reparación, por ejemplo por parcheo, que es la más habitual? Pues debemos acordar que los parches que se hagan deben tener al menos las mismas prestaciones que el hormigón original: misma o mayor resistencia a compresión, adherencia del mortero tanto al hormigón como al acero iguales o superiores a las originales, protección de la armadura en los parches al menos igual que la que proporcionaba el hormigón original,…Siguiendo las pautas anteriores, teóricamente vamos a tener reparaciones que cumplan los requisitos de la definición que hicimos al principio de este apartado.
SISTEMAS “TRADICIONALES”
Vamos a llamar sistemas “tradicionales” de reparación de hormigón a los que se han venido utilizando desde hace mucho tiempo. Consisten en asegurar la protección de la armadura mediante la aplicación de un pasivante, normalmente una lechada cementosa o epoxi-cemento, y después regenerar el volumen de hormigón perdido por medio de un mortero cementoso o en algunos casos epoxi. A veces también se coloca la lechada sobre toda la superficie de hormigón a regenerar, para mejorar la adherencia del mortero de reparación. Con estos sistemas se puede conseguir reparar el hormigón de acuerdo a la definición acordada previamente. Es decir, podemos conseguir unas resistencias, adherencias al hormigón, adherencias y anclaje de barras y protección de las mismas comparable al hormigón original.
¿Y estos sistemas han venido funcionando? Pues depende. Si se aplican correctamente, han demostrado durabilidades de más de 15 años, comprobadas por diagnosis realizadas después de ese tiempo. Si no se han ejecutado correctamente, las durabilidades pueden haber bajado dramáticamente, y no llegarse ni de lejos a esos tiempos de vida. La reparación de hormigón depende de la calidad de los materiales, pero sobre todo depende de la ejecución.
SISTEMAS “NOVEDOSOS”
Llamaremos sistemas “novedosos” de reparación de hormigón a algunos que están apareciendo, en los que se varía alguna cuestión de las comentadas anteriormente para los sistemas tradicionales. Principalmente estos sistemas argumentan que no necesitan pasivado de la armadura ni puente de adherencia sobre el hormigón, y que sin él se pueden conseguir unas prestaciones perfectas para obtener una buena reparación. Según esos sistemas, aplicando simplemente el mortero directamente sobre la armadura se consiguen la protección, adherencias y anclajes suficientes. Vamos a comentar todo esto ahora:
Con todos estos comentarios, hacemos la pregunta que hacíamos para los sistemas tradicionales ¿pero, estos sistemas “novedosos” funcionan? El autor, dentro de sus conocimientos, tiene algunas respuestas. No tiene conocimiento de que exista alguna referencia a largo plazo, en obras significativas, de que estos sistemas “novedosos” hayan funcionado. En cambio tiene conocimiento de quejas en que, a corto plazo, estos sistemas no han funcionado. En ensayos de laboratorio, en probetas realizadas con y sin pasivante, aplicados en condiciones reales de obra (no de laboratorio, que son realizadas con una exquisitez que ni podríamos soñar en obra), la durabilidad que se consigue es decididamente menor en el caso de aplicaciones sin pasivante.
Se ha hablado en este artículo mucho de morteros, un poco de mentiras y falta algo de lo que se ponía en el título. Como decía al principio, Steven Soderbergh no habló nada en su película de los tres temas que aparecían en el título. Yo he hablado de dos de los temas. Del tercero lo dejo para otro día.
CONCLUSIONES
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