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Hormigón en tiempo caluroso

Hormigonado en tiempo caluroso

La EHE trata el hormigonado en tiempo caluroso en su Artículo 73. Este Artículo, además de definir las situaciones de tiempo caluroso, recoge una serie de actuaciones para preservar la calidad del hormigón que deben considerarse en el momento de hormigonar bajo condiciones severas de temperatura. Estas acciones a considerar para que el tiempo caluroso no afecte negativamente la calidad del hormigón involucran tanto aspectos relacionados con la fabricación del hormigón y sus componentes como aspectos relacionados con la puesta en obra.

Se entiende por tiempo caluroso aquella situación que puede provocar pérdidas en la calidad del hormigón debido a la acción de altas temperaturas, humedades relativas bajas o viento fuerte. Las condiciones de tiempo caluroso pueden afectar negativamente al hormigón por varios aspectos:

Pérdida de agua prematura que origina fisuración. Mayor rapidez de hidratación que conlleva a estructuras menos densas (bajada de resistencias). Pérdida prematura de consistencia que conlleva a adición de agua en obra.

La importancia del curado

Curar el hormigón es siempre recomendable, pero en condiciones de tiempo caluroso, donde la velocidad de evaporación es máxima, resulta imprescindible curar adecuadamente el hormigón para evitar la aparición masiva de fisuras por retracción. El curado con agua puede ser poco eficiente atendiendo a la complejidad para iniciar el curado desde tiempo 0 (las fisuras por retracción plástica pueden aparecer a los 30 minutos de la puesta en obra). Además, es necesario mantener la superficie del hormigón permanentemente húmeda durante al menos 5 días (la EHE indica el tiempo de curado para cada situación). Esto implica una constancia mínima para regar periódicamente y mantener el efecto de curado durante todo el periodo establecido.

Es preferible curar con agentes filmógenos, que pueden aplicarse fácilmente justo después de hormigonar y que mantienen el efecto de curado durante días, sin la necesidad de atenciones adicionales. Estos productos basan su actividad en su capacidad para formar un film superficial impermeable al agua que evita que el agua evapore.

Pérdidas de resistencia

Debido a la mayor velocidad de hidratación del cemento provocada por la alta temperatura, se ha observado que la densidad del gel CSH es menor en estas condiciones y en consecuencia, en verano, se observa que las resistencias del hormigón tienden a decrecer. La opción correctora más común para remediar este problema consiste en incrementar la cantidad de cemento en 10‑15 kg/m3. Sin duda, esta no es la medida más recomendada, ya que además de implicar importantes sobrecostes, puede resultar proporcionalmente poco efectiva porque al incrementar el cemento se provoca que el calor de hidratación liberado sea aún mayor.

La solución más efectiva y económica para minimizar la pérdida de resistencias en verano consiste en incrementar la dosis de aditivo polifuncional, que posee carácter retardador cuando se emplea a altas dosificaciones. En condiciones de tiempo caluroso los aditivos polifuncionales pueden emplearse a dosificaciones cercanas al 1,2‑1,5% (siempre debe comprobarse que no se producen retrasos de fraguado), reduciendo el agua de amasado es posible que permita el incremento de dosis de aditivo para obtener la consistencia deseada, Con el incremento de dosificación de aditivo polifuncional se consigue ralentizar la velocidad de hidratación del cemento y así contrarrestar el efecto acelerador de las altas temperaturas. De este modo, no resulta necesario incrementar la cantidad de cemento para compensar la bajada de resistencias. Por lo general, el empleo de retardantes permite minimizar el efecto negativo de las altas temperaturas sobre las resistencias del hormigón.

En cualquier caso, y como indica la EHE, es imprescindible proteger los áridos de la acción directa del sol para evitar que la temperatura del hormigón ascienda preocupantemente. También es preferible usar cementos de bajo calor de hidratación, que hidratan más lentamente y son menos sensibles al efecto de la alta temperatura. Existen otras acciones más complejas para reducir la temperatura del hormigón fresco, como por ejemplo emplear hielo picado como agua de amasado.

Mantenimiento de la consistencia

La acción de las altas temperaturas y la baja humedad incrementan la tendencia del hormigón a perder consistencia durante el transporte. La pérdida de cono durante el transporte es especialmente preocupante porque aumenta la probabilidad de que se adicione agua en obra (para recuperar la consistencia perdida y facilitar la puesta en obra), con sus nefastas consecuencias asociadas (especialmente, pérdida de resistencia mecánica a todas las edades). Recuperar la consistencia perdida mediante la adición directa al camión de un aditivo superplastificante es mejor alternativa, ya que no implica bajadas de resistencia ni pérdida de calidad del hormigón.

Es preferible que durante la fabricación del hormigón se ajuste a la alza el cono del hormigón (3‑4 cm de cono por encima del valor especificado). De este modo, una eventual pérdida de puntos de cono durante el transporte no será preocupante porqué el hormigón será recepcionado en obra con la consistencia solicitada y no será justificada la adición extra de agua.

Ante condiciones de tiempo caluroso, es necesario extremar la logística de camiones para evitar largas esperas en la obra. Del mismo modo, es recomendable realizar el hormigonado durante la fracción del día menos calurosa, incluso por la noche (en especial si se trata de grandes volúmenes).

Moldes y encofrados

Es muy importante proteger los moldes, encofrados, soportes y armaduras de la acción directa del sol. En el caso de que la temperatura del molde sea excesiva puede existir riesgo de desecación de la parte de hormigón que está en contacto. En este caso, la hidratación del hormigón en la zona de contacto es deficiente y provoca, además de pérdidas de resistencia, acabados de mala calidad (se observa que el hormigón se desintegra al frotarlo con el dedo), que liberan mucho polvo y sin apenas resistencia a la abrasión y al impacto.

Para minimizar los daños que las altas temperaturas pueden causar al hormigón, además de proteger los moldes del sol directo, estos deben humedecerse antes del hormigonado para rebajar su temperatura.

Conservación de las probetas

Una mala conservación de las probetas puede conllevar a roturas con insuficiente resistencia que no son representativas de la realidad del hormigón colocado. En condiciones de tiempo caluroso, el hormigón de las probetas puede desecar fácilmente y falsear negativamente el resultado. Es imprescindible conservar las probetas en las zonas de sombras, por debajo de los 25 ºC, protegiendo su superficie de la evaporación. Existen opiniones que no recomiendan usar bolsas de plástico para cubrir las probetas porque en realidad no reducen la tendencia del agua a evaporar. Cubrir las probetas con una arpillera permanentemente húmeda parece ser más adecuado en condiciones de tiempo caluroso.

Conclusiones

Para que el hormigonado en tiempo caluroso no implique consecuencias negativas en la calidad y resistencia del hormigón es imprescindible llevar a cabo todas las acciones preventivas indicadas en la EHE ‑ Artículo 73 “Hormigonado en tiempo caluroso", tanto las relativas al hormigón como las relativas a su ejecucion.

Sin embargo, se ha demostrado que el adecuado uso de los aditivos polifuncionales en verano puede ser de gran ayuda para contrarrestar las típicas bajadas de resistencia del hormigón y evitar la sobredosificación de cemento. Existen numerosas experiencias que avalan esta tendencia.

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